Belmonte

La luz que reflejan los cuerpos danza dentro de mis ojos

Ouka Leele

10.06.21 - 04.09.21

La fotógrafa Ouka Leele presenta por primera vez en Belmonte su exposición individual:

La Luz que reflejan los cuerpos danza dentro de mis ojos, reúne la colección de fotografías Polaroid inéditas que la fotógrafa española Ouka Leele realizó en 1988 en París, bajo el encargo del diseñador de moda Philippe Model. Para la ocasión, la artista retrató su colección de complementos decorados ideados por ella, utilizando una cámara polaroid gigante. Esta máquina era la única en Europa capaz de producir imágenes instantáneas de 50 x 60 cm, y que fue desplazada para la ocasión desde Fráncfort (R. F. A) a Jouy-en-Josas (Francia). La serie, que consta de 26 fotografías en total, se presentó en la Fundación Cartier en 1988 en el marco del Photo Month de la ciudad de París. 

La exposición Ouka Leele pour Philippe Model fue presentada por primera vez en España el verano de 1989, dentro de las actividades de animación cultural que la Universidad Internacional  Menéndez Pelayo organiza en sus sedes de Santander y La Coruña. 

Coincidiendo con esta exposición, el Círculo de Bellas Artes expone una retrospectiva del trabajo de la fotógrafa durante las décadas de los años 70 y 80, como parte del programa de PHotoESPAÑA 2021.

La fotografía 

Negra noche oscura y llena de tinieblas. 

El amor que movía todas las cosas bellas, 

el sol y todas las demás estrellas. 

El sol, iluminada caricia cliente para nuestra querida tierra.

El sol, la luz. 

El cielo, la luz, los dioses… un ensueño. 

Sueño, sueño eterno. 

¡Hágase la luz! y la realidad me golpea por dentro, 

algo en el corazón me tiembla. 

La luz que reflejan los cuerpos baila dentro de mis ojos, 

se me clava en las ninas, y dos clavitos negros me sangran muy adentro. 

Si supiera contarte lo que siento a través de mis ojos!; pero…

que verán los tuyos?

Quizá un lápiz, dibujando unas líneas, podría hacerte sentir
lo mismo que yo, cuando contemplo un árbol. 

La primera vez que vi la nieve, se me revolvieron las tripas, 

después, fiel amante, no he podido dejar de admirarla. 

La primera vez que abrí los ojos …

La primera vez que vi tu sonrisa. 

La primera vez que vi tantos y cada uno de los milagros que

me rodean. 

Siempre la primera mirada pura, en este eterno presente

instantáneo. 

La luz! Trabajar con la luz!, La luz como instrumento de 

trabajo!

Despues, descubri un aparato, una cámara oscura, que se

parecía bastante a un ojo. 

Bueno, …solo en su funcionamiento, para nada en su belleza. 

Un pincel se parece a un dedo equivocado. No le crece la 

una, le crece el pelo. 

Una pluma es un dedo con una sucia, como de colegiala;

pero arregladita, como de señora. 

Y así, con ese ojo mecánico, descubrí que podía coleccionar

trocitos de realidad, que la luz que emanaba de los cuerpos 

se quedaba pegada en un trozo de gelatina, cuando la luz, 

por sorpresa, la impresionaba. 

Ahora! … y la luz quedaba capturada. ¡Que juguetito!

Los fotógrafos, agresivos ladrones, van por ahí robando su

luz a las gentes, a los paisajes, a todo lo que pillan. 

Que ese trocito de realidad, construida con la luz, que se roba, 

se convierte en un tesoro, en una joya, 

y se valore como tal. 

La fotografía es un ojo instantáneo. 

Es el recuerdo de la mirada de esta edad humana. 

La fotografía es una mirada que hay que ir construyendo,

hay que ir construyendo una torre de marfil. 

Una mirada hay, hay que ir destruyendo, que se aparta de la pureza. 

La fotografía es un río donde se baña una niña que se llama

diafragma y que lleva un vestido de mágicos números: 2,8. 

4.  5’6.  8.  11.  16.  22.  32.  45. …….

La fotografía eres tú, si tú. Todos los TUS que hay fuera de

mis ojos. 

La fotografía es un rito, para invocar a las musas. 

La fotografía es un instrumento para observar la naturaleza. 

Es el invento de algún enamorado para conversar el tiempo, 

del objeto de su amor, en el tiempo. 

La luz se inventa en la fotografía. 

La fotografía se inventa a los fotógrafos y los maltrata

hasta que se rinden a sus pies y suavemente penetran en 

sus secretos. 

Despues, descubri que con mucha paciencia, 

algunos colores y un pincel, 

podía mimar la realidad capturada, 

y que acariciandola, acariciandola conseguía copiar 

los colores de mis recuerdos. 

Y tambien, que podia acercar una cara, hasta casi tocarla, 

y alejar unas sillas, hasta dejarlas en penumbra. 

Resaltaba lo más escondido, pequeño e imperceptible,

velaba lo que más luz había absorbido, 

y olía el musgo de los bosques en los pliegues de una tela. 

Veo, veo. 

¿Qué ves?

Ouka Leele

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Info

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28019 Madrid

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de 11.00 a 19.00

Sábados 

de 11.00 a 14.00