The Coming Of Wisdom With Time
Though leaves are many, the root is one;
Through all the lying days of my youth
I swayed my leaves and flowers in the sun;
Now I may wither into the truth.
Lo sé
Más imposible ahora
Faenas varias en el monte
Después del invierno inmóvil
¿Te harías una pieza con eso? Me preguntó al tercer día. La conversación
muere y resucita y es como Lázaro: una vez muerta, vuelve convertida en
otras vidas que ya viven en él más que sí mismo.
Así, en el diálogo fermenta el diálogo en sí y Andrés y yo nos vamos
quedando a un lado, observando la osamenta cubierta de palabras, ideas,
de quereres, y se ha convertido el deseo en el hueso de la relación en sí,
de la conversa, y la carne es la de las horas por las que las palabras –
preñadas como están, con suerte, de ideas y de quereres, de una amistad
por nacer en ellas – surcan.
nace una forma híbrida, no dual.
en ella se intuyen memorias de otros cuerpos, otros estados y lugares.
deslocalizados.
¿cómo unificar en un espacio formas que contienen la totalidad?
movidas de su tierra, extraídas de su lugar de origen, descompuestas.
intento recordar que fue anterior, y anterior a lo anterior.
cómo proceder.
quiero recordar mis sueños, que me guíen.
la tierra contiene restos de historias que facilitan la estructura de nuevas formas.
alguien participa en la transformación de la montaña.
algo caliente se funde y deforma la propia forma.
la unión hace evidente la diferencia – material, corporal, sólida.
esta tierra que piso está impregnada de ausencias y, a su vez, de ese pasado emergen lenguas que invitan a
saber por dónde proseguir.
Un cráneo se convierte en pájaro, y su frente es ahora pecho. Una costilla,
en ala. Andrés lo nombra Ángel. Todo Ángel es terrible. Y, sin embargo,
ay, los convoco a ustedes, casi mortíferos pájaros del alma, continúa
Rilke. Con lo que me haría una pieza ya la has hecho tú y me hace a mí,
me vira un poco, me extravía, y creo que a eso vine, a que también me
transformes. Callamos, miramos. Le pregunto qué ojos son los que miran
al Ángel.
formas pesadas quieren levitar.
seres elevados que descienden y son absorbidos para crecer nuevamente.
un buitre baja y hace de la carne su cuerpo, se fortalece y favorece la continuación del medio.
el medio es algo que está entre dos cosas:
un estado temporal.
Prometemos ya el primer día no disculparnos. El segundo, no ponernos
horizontes. La exposición: el plan: la jaula. Suena El cascanueces
mientras Andrés infusiona artemisa. Sabe a absenta sin alcohol. Artemisa
vulgaris, suena María Callas. Una planta que enrojece el sueño y lo aviva.
Una voz dentro del hueso, siempre pasa por ahí la voz en un tramo de su
chorro. El tercer día aparece el verso aquel de Pizarnik: Señor, la jaula se
ha vuelto pájaro […] ¿qué haré con el miedo?
de un ala, sangre, y de la sangre, un descenso;
como cuando las lágrimas caen desde el lagrimal hasta juntarse con la saliva en los labios.
primero la forma aparece y se despliega, y una necesidad de nombrar, coger, cristalizar todo cuanto nace.
se juntan en la sangre que se hace palabra, nombra.
armonía y ternura nítida, separación que atrae cierta incomodidad y violencia, en falta, difusa.
Mi consecuencias vital de vivir
Muy bonitas palabras
Muy bonitas intenciones
De momento mi radical consecuencia sigue aquí
En el intramuros de las nieblas
algo se ha doblado, desdoblado.
de un mismo cuerpo aparecen dos y crean una reproducción infinita que quiere volver a ser.
repetirse.
una repetición compulsiva que llegado a un punto, se niega, se rompe, transmuta su forma.
ángel, barro, mamífero, metal.
sin definición formal, sin tiempo, atemporal.
Le respondo que la pieza que haría sueña ser la pieza que él ya ha hecho,
la frente hecha pecho, las alas de artemisa vulgaris, que el sueño existe
ahí en una pared o extensión plana del hueso, y que el hueso ahora
envaina el cemento. Andrés prepara una mezcla de cemento blanco que
verdea, no porque tenga artemisa infusionada en su humedad, que
también. Me dice que le gusta pensar que las piezas puedan volver a ser
hueso y a ser barro y poco más cualquier día. Como una casa de adobe
que colapsa y le va haciendo cataplasma al suelo. Como una vida o un
día.
lo dual se encuerpa buscando una reconciliación.
ya no hay dos, detrás del dos hay algo visible, divisible e indivisible.
un universo compuesto de infinitos posibles.
lo que asciende y lo que desciende no es más que la búsqueda del equilibrio: un punto de encuentro dentro de
una experiencia en continuo movimiento.
el peso de la materia genera dolor y aplasta.
Para ello, le digo, toda esa materia organizada en la pieza tendría que
desorganizarse como obra de arte. Estamos de acuerdo en que ese gesto
es parte de la obra, y le hablo de unas piezas en las que ando, unos ojos
de latón, plata y hueso que tienen semillas de periquitos como pupilas, y
le cuento que me gusta pensar que son piezas para perder por ahí, para
que nazcan y florezcan periquitos en el lugar donde se pierdan y así
poder encontrarla ya transformada otra vez en mundo, deshecha del arte.
así, todo ascenso anhela volver a un punto, un origen, un comienzo antes de que las cosas decaigan.
en la unión está la concepción de la vida – recrear: importante palabra para profundizar, la hora del recreo.
aunque esa unión sea carroña y sangre, incorporación, un parto, devorarse o partirse.
cuando el buitre asciende deja de estar separado, como una piel que envuelve al cuerpo en su totalidad;
la necesidad de taparse cuando cae la noche, protegerse de lo mortal.
con el tiempo, las fases se difuminan porque la armonía se encuerpa, el cuerpo pesa con el tiempo y a la vez la
experiencia se integra, se aligera.
Ayer fue un poco de sopetón lo de la leña….y en fin
Mi espalda
Me he quedado mucho rato mirando las dos teteras, al fin, unidas, y
cómo que hay un deseo al verlas… joe hay una salamandra aquí
muerta… hay un deseo mío por ver por dentro donde se juntan, el hueco
que las une y como la foto está justo en un ángulo en el que eso no se
puede ver y ese no poder es súper erótico y me encantaba como… no lo
sé, como también privarle al ojo de algo le hace al ojo desearlo. Tengo
una sensación viendo ahora este caudal de imágenes que bajan y que
suben como las cuestas… sensación de que, alomejor, lo que mola es que
sintamos como que nuestras prácticas están cerca, ya lo estaban, y ahora
lo están, con en el contexto de la exposición, se están tocando un poco
más y al igual mola activar esa erotica de que estemos bien con el no
saber todavía exactamente el qué, y que ese todavía alomejor se alargue
un poco, se alargue un poco casi hasta el final. Bueno que sigamos en la
comunicación y que yo a partir de hoy que bruna ha empezado a ir al
cole y he recuperado mi vida laboral, que estemos activos en esa
comunicación pero que no sepamos todavía donde se van a tocar las dos.
Tu también eres esta montaña…..
todo t va a ir a favor…el viento está de tu lado….
y de algún modo invisible y no tangible….
estaré ahí…sin estar…solo siendo
Llueve y estamos junto al río. Junto a la garganta por donde el agua baja.
Le señalo donde cubre y apunta que periquito es también nombre de
pájaro. Le enseño una foto de la pieza. Celebra que la plata abrace la
semilla y dice que parece un abrazo hecho solo de calor. De plata al rojo.
La flor del periquito, fucsia. No se ve ya nada en la garganta, pero
imaginamos, decimos: la semilla, en la fruta, tiene un color porvenir. La
de la naranja, amarilla. La del albaricoque, albaricoque. Uno de los dos
dice que no había pensado nunca en que la semilla es el hueso del fruto.
El otro imagina, en simetría, que el hueso del cuerpo fuese semilla y que
brotasen cuerpos nuevos cuando alguien entierra un diente, un cuerpo
entero, a un pueblo. Ambos callan, y en silencio consensuan irse, pues no
escampa.
si la unidad es una experiencia entonces desdoblar un sueño es la liberación del cuerpo como límite.
fuerzas contrapuestas en un medio: conciencia de unidad, un sueño compartido.
la transformación como base de experiencias enlazadas en su propia ciclicidad.
soñar otros cuerpos, otros lugares, otros estados.
localizarlos.
forma: figura corporal – formar: hacer que algo empiece a existir, un movimiento.
derretirse, reinventarse, recrearse.
A la palabra ternura le añadimos otras.
De todos los binomios nos quedamos con uno:
ternura y terror.
Al cabo de un silencio, añades:
caricia y colapso.
Así sea
Marchitar y renacer
Hasta q el viento quiera.
Andrés Izquierdo – con la contribución de Javi, Santi y Isa