La joven artista suiza presenta sus trabajos recientes en una exposición compuesta por varias acuarelas sobre lienzo y pasteles con formas oníricas. Se trata de la segunda apuesta de la galería situada en Carabanchel, tras su cambio de nombre (anteriormente Intersticio) y de ubicación.
Lo primero que llama la atención son sus trazos libres y casi abstractos. Después, con una mirada más atenta, se descubren las figuras y paisajes, los seres humanos, montañas y cielos nublados ocultos bajo manchas de rojo, azul o verde intenso.
Augusta Lardy Micheli (Ginebra, 1994) llega a la galería Belmonte para presentar sus últimas composiciones, que se encuentran a medio camino entre la figuración y las formas desdibujadas. Una docena de obras realizadas a lo largo del año pasado componen Queroseno, la segunda exposición organizada en la actual sede de la galería, que antes se llamaba Intersticio.
“SUS COMPOSICIONES SE ENCUENTRAN A MEDIO CAMINO ENTRE LA FIGURACIÓN Y LAS FORMAS DESDIBUJADAS”
Ana Coronel de Palma y Sol Abaurrea empezaron este proyecto conjunto en marzo de 2021. “Las dos habíamos trabajado por separado en grandes referentes del mundo del arte como Elba Benítez, Gagosian o Thaddaeus Ropac, pero teníamos el sueño de abrir nuestra propia galería”, explica Coronel de Palma.
Por eso crearon Intersticio hace año y medio. “Al principio abrimos sede en Londres con una tercera socia; luego nos establecimos en Madrid, justo después de la COVID-19. Cuando la persona de Londres se desvinculó del proyecto, empezamos de nuevo. La galería es la misma, solo cambiamos el nombre por el actual [Belmonte] y nos establecimos en Carabanchel”.
Con esta nueva marca se estrenaron el pasado mes de octubre. Entonces organizaron una exposición de Andrés Izquierdo que ha funcionado muy bien en cuanto a volumen de ventas y afluencia de público. Ahora, acaban de inaugurar con Augusta Lardy Micheli Keroseno, una apuesta cargada de escenas oníricas y surrealistas.
La muestra puede visitarse hasta el 18 de marzo de 2023 y coincidirá en el tiempo con ARCO, feria a la que Belmonte acude con una selección de jóvenes autores entre los que destaca precisamente la artista suiza.
De momento, las obras que Lardy Micheli presenta en la galería demuestran su riqueza técnica. Por un lado, los pasteles de trazos abstractos le sirven para dar rienda suelta a la experimentación. Aunque son sus lienzos los que acaparan mayores atenciones.
El hecho de estar pintados a la acuarela con yeso y óleo confieren a la obra resultante una singularidad única. También el material de la tela –en este caso lino– juega un papel importante, pues obliga a la autora a ejecutar sus trazos de forma más rápida y espontánea.
Escenas como Revoloteando sobre la tierra o El tiempo no tiene orillas pueden ser recuerdos de paisajes visitados, como los valles de su Suiza natal o la campiña londinense donde actualmente vive. O quizá solo sean lugares imaginados, memorias soñadas como las que habitualmente inundan la obra de Lardy Micheli, caracterizada por sus reflexiones en torno a lo transitorio del ser, lo sublime y la mirada subjetiva.